martes, 18 de noviembre de 2014

PHILAE

Este miércoles tuvo lugar un hito sin precedentes en la exploración espacial: una sonda de la Agencia Europea ha protagonizado el primer aterrizaje en un cometa. El sistema que debía evitar el rebote contra el cometa no funcionaba, tampoco los arpones para anclarlo a la superficie. Está sujeta con tornillos. Una vez separada de Rosetta, la sonda viajó a 18 centímetros por segundo hacia el cometa, al que llegó a las 17.04 horas, según la ESA. La batería de Philae El módulo Philae ha comenzado sus experimentos sobre la superficie del cometa 67/PChuryumov-Gerasimenko, pero los próximos resultados tal vez no lleguen a la Tierra porque sus baterías pueden agotarse y si sus paneles no reciben suficiente luz solar. El equipo científico de la Agencia Espacial Europea (ESA) compareció hoy para ofrecer los últimos detalles de la misión, con la esperanza de mantener un nuevo contacto con el módulo en torno a las 21.00 horas GMT si las baterías tienen suficiente potencia para transmitir los datos. La señal de ese contacto debería llegar a la Tierra alrededor de una hora y media después. "Si no recibimos datos es muy probable que las baterías se hayan agotado", reconoció el director de la misión Philae, Stefan Ulamec, bromeó a continuación. Aun así, aseguró, no debe cundir la decepción ni olvidarse que se ha logrado un "éxito" histórico al llegar a un cometa. Los científicos confirmaron que todavía están intentando localizar la ubicación precisa del módulo, que rebotó dos veces y no aterrizó donde estaba previsto. En ese lugar habría tenido siete horas de luz solar al día que le habrían permitido cargar las baterías, pero en estos momentos, según los últimos datos, un panel sólo recibe una hora y veinte minutos de luz y el otro entre veinte y treinta minutos. Si contacta esta noche, el objetivo es intentar rotar ligeramente los paneles para reorientarlos, aunque la operación no está todavía decidida. 
DAVID VILLACAMPA RUIZ

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